LIBRO | Te daría el mundo

 

TÍTULO: Te daría el mundo
TÍTULO ORIGINAL: I'll Give You the Sun
AUTOR: Leonardo Patrignani
GÉNERO: Contemporáneo
EDITORIAL: Alfaguara
PRIMERA EDICIÓN EN INGLÉS: 2014
PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL
por Alfaguara: 2015
PÁGINAS: 416
SERIE: -

GOODREADS BOOK DEPOSITORY

 

SINOPSIS:

Noah y su hermana melliza Jude son inseparables. El solitario Noah dibuja sin parar, y se enamoró en secreto de su enigmático vecino. La atrevida Jude salta desde altísimos acantilados, lleva los labios rojos y tiene muchos amigos. Pero tres años más tarde, los hermanos ya no se hablan. Algo sucedió entre ellos. Algo pasó y cada uno reaccionó de forma diferente. Hasta que Jude conoce a un chico lindo, frágil y arrogante... y a alguien más, una nueva fuerza en su vida todavía más impredecible. Estas dos personas están ligadas a su pasado de manera inevitable.

Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo que perdieron.

Y volver a empezar.

MI OPINIÓN

Cuando terminé de leerlo, verdaderamente caí en la cuenta de que este era el libro que tanto deseaba descubrir. No solamente es una riqueza a nivel historia sino que también lo es a nivel narrativo: hermosas reflexiones acerca de la naturaleza, el arte y el amor, logran mezclarse a la perfección con un relato conmovedor sobre dos hermanos que luchan contra sus propias realidades y, al mismo tiempo, tratan de conocerse a sí mismos, convirtiéndose así en ¡mi mejor lectura del año hasta el momento!

Desde el primer momento estuve al tanto de que esta novela podía llegar contener cierta dosis de romance –un genero complicado para mí–, pero eso no me impidió querer conocer a esta hermosa pareja de hermanos la cual se convertiría en una de mis favoritas. Al fin y al cabo, ¡ellos son amor!

Noah es el primero en aparecer en escena: fanático de la naturaleza y del arte, especialmente de la pintura, este joven pasa sus días dibujando y soñando con asistir a la Escuela de Arte de California en la cual se sentiría más cómodo junto a personas que comparten su misma pasión. Jude, por su parte, es una chica muy sociable y dispuesta a todo: practica surf, se lanza de los acantilados y además tiene un talento innato para las esculturas. Cuando su madre planea anotarlos a ambos en la EAC, la relación entre los mellizos empieza a tensarse. Para Noah es un sueño hecho realidad y sus maravillosos dibujos demuestran lo bien preparado que está. Su madre no duda del talento de su hijo en absoluto, y eso es lo que pone a Jude muy molesta.

Las vidas de los hermanos Sweetwine darán un giro inesperado: sus impulsivas decisiones los llevarán a tomar distancia el uno del otro, a transitar por caminos inesperados y a encontrarse con personas que harán sacudir sus mundos.

«Puede que algunas personas estén destinadas a formar parte de la misma historia.»

Luego de leer los dos primeros capítulos –el primero narrado por Noah y el segundo por Jude situado tres años más tarde–, llegué a la conclusión de que las palabras del muchacho y su manera de ver el mundo son los factores que logran conferirle más fluidez a la lectura. Sus preciosas reflexiones son la paleta de infinitos colores que le dan vida a este gran libro. No hubo una sola escena en la que no fuera capaz de ver y oír lo que él veía y oía. Sin dudas, ¡es mi personaje favorito!

A pesar de eso, Jude no se queda atrás. Me llevó más tiempo congeniar con ella pero a partir de su segundo capítulo (vale aclarar que este libro posee ocho capítulos repartidos en partes iguales), sus pensamientos me parecieron más interesantes y la narración de los últimos años se tornó más intensa y adictiva. La tremenda conexión que ella forja con dos personajes de la historia fue lo que más me fascinó de su relato. Pero no quiero dar más detalles. Merece la pena descubrirlo por cuenta propia.

En definitiva, uno de los grandes logros de esta novela es la construcción de los personajes. No hay personajes de sobra; al contrario, estos surgen de las sombras y permanecen hasta el final, haciendo temblar la historia a su manera. Pero lo que más me enamoró fue la relación que se forja entre los hermanos. ¡Es perfectamente realista! Mensajes sarcásticos, chistes, saludos casuales: cada palabra está cargada de una energía hostil que te hace vibrar en muchos sentidos, y la rivalidad se puede sentir entre ellos cada vez que se hablan. La autora no abarrota los párrafos de comentarios explícitos, sino que más bien lo hace detrás de pequeñas acciones o pensamientos propios de cada personaje, especialmente de Noah. Sin embargo, la nostalgia sigue presente en la mayoría de los momentos y sus corazones anhelan los viejos tiempos, cuando todo estaba bien. Esta dualidad está mejor explicada con palabras de Jandy Nelson. Por favor, ¡léanlo! 

«Porque somos, cada cual para algún otro, la llave de una puerta que en otro caso habría permanecido cerrada por siempre.»

No hace falta aclarar que la pluma de esta autora me dejó absolutamente maravillado. Sus palabras son pura poesía y una caricia al alma. Además, es increíble cómo logra reflejar tantos detalles en una simple escena: transmite todo lo que los personajes han sufrido, los cambios que han hecho y las contradicciones que ahora enfrentan, y el lector puede palpar todo eso incluso cuando todavía no conoce la historia completa. Pero, de una forma u otra, todo está ahí presente, en las palabras.

Me pareció muy acertado las perspectivas de los personajes en tiempos diferentes; el lector va conociendo la historia de a poco y la autora sabe incluir los detalles precisos, sin excederse, con inteligencia, para contar las vidas de los protagonistas tres años después y aún así seguir manteniendo el misterio de qué fue lo que sucedió entre ellos. Lo que es más, Nelson juega con el tiempo y los acontecimientos ya que durante el relato les presenta a los personajes las probabilidades de lo que podría llegar a ser su futuro. Esto, por un lado, disgusta a Noah y Jude y, por el otro, enloquece al lector por el simple hecho de que este ya conoce ambas caras de la historia.

Esto último es lo que me lleva a hablar de la cuota de misterio que contiene cada cambio de escenario. El conflicto entre los hermanos no es el único suceso que acapara toda la atención, sino que el misterio surge también de aquellos personajes que le agregan un condimento extra a la trama. A pesar de ser secundarios estos esconden sus secretos y, y la autora sabe lidiar con la expectativa sin que se le vaya de las manos.

Por momentos, me resultaba difícil adivinar las intenciones más profundas de los personajes y me llevaba una gran sorpresa cada vez que estos tomaban sus decisiones las cuales, sinceramente, enredaban la historia todavía más. Al parecer, mi mente prefería el camino fácil, justo y alegre, pero evidentemente Noah y Jude prefieren y están dispuestos a complicar más las cosas. Ciertamente sus sentimientos son tan vívidos y reales que justifican sus acciones de manera excepcional, a tal punto que el dolor y la culpa que ellos transmiten repercuten directamente en el lector. Indudablemente este último es alguien que no logra quedar indiferente en absoluto.

La trama es extremadamente fuerte y prometedora en todo momento, pero el carácter predecible puede llegar a aparecer a lo largo del relato y, como me ocurrió a mí, puede debilitar un poco la narración y volverse un poco tediosa. Mi corazón pedía a gritos que los misterios salieran a la luz y que las cosas se arreglaran de una buena vez. Sí, yo siempre actúo sereno en situaciones como esta. De todas maneras, luego de que días más tarde volviera a leer la última frase de este libro y aquello me provocara piel de gallina, me di cuenta de que nada podrá empañar esta maravillosa historia. ¡Puntaje perfecto para una de las mejores historias juveniles que existen!

Te daría el mundo es una de las historias más conmovedoras del último tiempo. Con un prosa brillante y emotiva, Jandy Nelson nos invita a reflexionar sobre la culpa, la identidad y el amor, y nos demuestra que siempre hay una oportunidad para rehacer el mundo. 

PUNTUACIÓN: 5/5

Fuente de imágen: Megustaleer Argentina